Pepe Aguilar farol de la calle... y de su casa

Pepe Aguilar no escatimó en compartir la noche con sus fans, quienes bailaron, cantaron y hasta lloraron con sus más grandes éxitos durante el concierto de la Gira del Bicentenario, que se realizó la noche del miércoles en el estadio Francisco Villa.
La presentación del hijo pródigo de Zacatecas comenzó con una serie muy mexicana con imágenes de personajes representativos de la Revolución y la Independencia de México, incluidos los símbolos patrios.
En un escenario que resaltaban los colores de la bandera mexicana, Pepe salió a las 21:00 horas cantando la primera de 26 canciones, Puro mexicano, portando con estilo un elegante traje charro con adornos plateados.
Después de cantar Me vas a extrañar, se dijo agradecido con sus paisanos y mencionó que era “una chulada y un gusto estar con gente zacatecana”, y bromeó con la idea de que ha cantado desde que estaba en el vientre de su madre.
Acompañado de su mariachi El zacatecano, interpretó Recuérdame bonito, Por una mujer bonita, Perdóname y Mi credo, canciones que los emocionados asistentes corearon junto con el artista, quien aventó a sus fans cuatro toallas que besaba y con las que se limpiaba el sudor de la frente.
Interpretó canciones como Cruz de olvido, Miedo, El autobús y Por mujeres como tú, para luego mencionar que las mujeres son el mejor invento de Dios.
Lo que parecía el final con El zacatecano, fue tan sólo el comienzo de otra media hora de música con la banda Nuevo centenario.
Para terminar, cantó Puño de tierra y Chaparrita, dedicándola a todas las mujeres de Zacatecas.
A su padre
Antes de cantar Albur de amor, explicó que es una canción que interpreta desde hace más de 15 años y prometió cantarla siempre, ya que “es una canción que no le dedico a ninguno de los presentes, porque es una canción que sólo está dedicada a don Antonio Aguilar”, dijo mientras mandaba un beso al cielo.